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Cómo minimizar los detonantes psicológicos

Dolor de cabeza

Cómo minimizar los detonantes psicológicos

Las emociones humanas pueden ser un detonante para los dolores de cabeza por tensión. Reacciones como la rabia y los estados psicológicos como la ansiedad por lo general son culpados.

Trata de relajarte

Además de un analgésico sin receta, las técnicas de relajación son una buena forma de reducir el dolor de cabeza ya que son una salida para la tensión emocional y física. Las técnicas van desde ejercicios sencillos como caminar alrededor de la manzana o bailar, respirar profundamente y, hasta disciplinas de control con la mente, como la meditación y la biorretroalimentación. Abajo hay unos métodos comprobados.

Hazte un masaje

Los masajes sueltan los "nudos" en los músculos y ligamentos. Puedes hacerte masajes en tu cabeza, cuello y área de los hombros, sin embargo, idealmente, es más relajante si otra persona te hace el masaje. Pídele a un ser querido que practique técnicas como frotar, masajear y aplicar presión a algunas áreas específicas del cuerpo.

Respira profundo

Encontrar un momento de silencio no siempre es fácil cuando tienes muchas cosas que hacer. Pero esta técnica de relajación se puede hacer en cualquier lugar. Respira profundo, despacio, inhalando desde el diafragma y no desde el pecho. Respira por la nariz, llenando tus pulmones de oxígeno de manera gradual. Exhala despacio y por completo. Respirar profundo demasiadas veces puede hacer que te sientas aturdido o llevar a la hiperventilación así que no lo hagas demasiado.

Intenta meditar

Quizás te parezca algo inusual, pero la meditación puede proporcionar beneficios físicos y emocionales. Lo ideal es que medites por una o dos sesiones de 20 minutos cada día en un lugar tranquilo. Hay muchas formas de meditar y es mejor consultar a un profesional que te puede enseñar técnicas de entrenamiento adecuadas.

Ejercicio

La actividad física puede reducir el estrés y hacer que los dolores de cabeza por tensión sean menos dolorosos y frecuentes. Haz ejercicio con frecuencia: intenta hacer ejercicio por lo menos de 15 a 20 minutos tres veces a la semana. Estírate y haz que tus músculos trabajen al hacer actividad que disfrutes, puede ser cualquier cosa desde caminar rápido hasta un baile aeróbico o nadar. Recuerda que ejercicio no es solo ir al gimnasio. Puedes caminar en el mall o mover el esqueleto al sonido de la radio.

Intenta la biorretroalimentación

Esta técnica te enseña a estar consciente de, y controlar, las reacciones del cuerpo, incluyendo el dolor de cabeza. Durante la biorretroalimentación, una máquina especial llamada electromiógrafo (EMG, por sus siglas en inglés) mide el nivel de tensión en ciertos músculos. Los ejercicios progresivos de relajación, en los cuales enfocas la tensión en ciertas partes de tu cuerpo y luego "liberas" la tensión en cada parte, son útiles en conjunto con la biorretroalimentación. Tu médico te puede referir a un especialista en biorretroalimentación que puede desarrollar un programa específico que te ayude a cumplir tus objetivos.

Prueba con un analgésico

Las medidas de prevención son clave para evitar los dolores de cabeza. Pero si terminas con un dolor de cabeza por tensión, la mayoría de los médicos recomiendan el uso de un analgésico sin receta como Advil, el cual contiene ibuprofeno. Como con cualquier medicamento, es importante leer la etiqueta antes de usarlo.

Nota importante:

Mientras que el dolor de cabeza por tensión leve es el tipo más común de dolor de cabeza, hay otros tipos incluyendo los dolores de cabeza por migraña, de racimo y de los senos nasales, así como dolores de cabeza que resultan por enfermedad o lesiones. La mayoría de los dolores de cabeza no requieren de atención médica, pero hay algunas situaciones en las que se debe consultar a un médico.

Comunícate con un médico si tus dolores de cabeza:

  • Ocurren todos los días en un patrón diferente al normal
  • Aparecen de pronto y de forma aguda
  • Suceden después de un golpe a la cabeza
  • Se vuelven más dolorosos de forma progresiva
  • Comienzan después de un esfuerzo físico excesivo
  • Están relacionados o acompañados de fiebre, el cuello rígido, dolor en los ojos o en los oídos, inflamación y dolor alrededor de los ojos, los pómulos, náuseas o vómito persistente, convulsiones, pérdida de la conciencia, confusión mental o cambios en la visión.
  • Te incapacitan debido a que pierdes tiempo del trabajo u otras actividades.

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