Viajar con Artritis

Elegir dónde hospedarse

Al seleccionar un lugar para hospedarte, toma en cuenta que algunos hoteles son más acogedores que otros para las personas con artritis. Pregunte si los siguientes servicios están disponibles y reserva el hotel que mejor se adapte a tus necesidades:

• Transporte desde y hacia el aeropuerto o estación de autobús/tren
• Teléfonos colocados cerca de la cama y en el baño
• Piscinas con calefacción para hacer ejercicio y relajarte
• Pasamanos junto al inodoro y la bañera
• Palancas en lugar de perillas redondas en puertas, grifos y controles de ducha/bañera
• Servicio de habitaciones y servicio de lavandería
• Rampas en lugar de escalones

Viajes en avión

Los viajes en avión pueden presentar algunas dificultades especiales para las personas con artritis. Pero la mayoría de los problemas se pueden minimizar fácilmente siguiendo estos consejos:

• Selecciona un vuelo que normalmente no esté lleno de gente, como durante las horas no pico.
• Reserva un vuelo sin escalas, especialmente si deseas evitar caminar largas distancias entre las puertas de salida o viajar más de lo necesario.
• Imprime tu tarjeta de embarque con anticipación.
• Si necesitas asistencia especial, llega al menos una hora antes de la documentación del vuelo.
• Si es posible, registra tus maletas de antemano.
• Si debes cambiar de avión, tómate suficiente tiempo entre vuelos.
• Solicita una silla de ruedas o un carrito motorizado para transportarte entre las puertas de embarque y el área de reclamo de equipaje o el transporte externo.
• En el avión, pide ayuda para colocar tu equipaje de mano en el compartimento superior. Esto dejará más espacio para estirar las piernas.
• Camina por el pasillo siempre que sea posible para reducir la rigidez en las rodillas, las caderas y la espalda durante un vuelo largo.

Ejercicios para viajar

El hecho de que te vayas de vacaciones no significa que tu rutina de ejercicios deba sufrir las consecuencias. Los ejercicios de estiramiento se pueden realizar en la comodidad de tu habitación de hotel. Y algunos incluso se pueden hacer en tránsito. Para ayudar a mantener las articulaciones fuertes y flexibles, sigue las siguientes pautas:

• Cuando estés sentado, junta las piernas para fortalecer los músculos que ayudan a sostener la espalda y las piernas. Mantente en esa posición durante seis segundos. Relájate y repite. Aumenta gradualmente a cinco, 10 y luego a 20 repeticiones. Repite dos veces al día.
• Siéntate en una silla y apoya tu pie en una mesa o silla de altura cómoda. Estira las piernas y jala los dedos de los pies hacia ti, estirando la parte posterior de la pierna. Mantén esa posición durante seis segundos, relájate y repite hasta 12 veces. Para mantener las rodillas flexibles, repite este ejercicio dos o tres veces al día.
• Para tobillos y pies flexibles, siéntate en una silla con los pies apoyados en el piso. Levanta los dedos de los pies lo más alto que puedas mientras mantienes los talones en el suelo. Luego levanta los talones lo más alto que puedas mientras mantienes los dedos de los pies en el suelo. Gira los tobillos en círculo, doblando los dedos de los pies hacia arriba y hacia abajo y alrededor en un movimiento circular.
• Incluso antes de levantarte de la cama, prepárate para el día doblando cada rodilla hacia el pecho, una a la vez. Repite, alternando las rodillas. Aumenta gradualmente hasta que puedas hacer de cinco a 10 repeticiones. Lleva ambas rodillas al pecho al mismo tiempo y mantenlas así durante seis segundos. Repite, aumentando de cinco a 10 repeticiones.
• Acuéstate boca arriba y mueve los pies y las piernas en el aire como si estuvieras montando en bicicleta mientras cuentas hasta seis. Relájate y repite. Aumenta gradualmente a cinco y luego a 10 repeticiones una o dos veces al día.
• Para estirar la cadera, acuéstate boca abajo en la cama o el piso. Levanta el muslo hacia arriba detrás de ti, manteniendo la rodilla recta. Levanta el otro muslo y mantenlo así durante seis segundos. Repite. Aumenta gradualmente a cinco y luego a 10 repeticiones.

La artritis es una afección común que puede ocurrir en personas de casi cualquier edad. El dolor que inflige puede limitar las actividades diarias y rutinarias y no existe cura. Sin embargo, puedes combatir los efectos debilitantes de la artritis y no permitir que controle tu vida.