Publicaciones recientes han demostrado que la fiebre y el dolor en tu hijo pueden ser una fuente importante de ansiedad para ti. Esto, a su vez, puede provocar un aumento de la ansiedad de tu hijo y una mayor percepción del dolor, lo que puede dificultar el tratamiento.
Al reducir tu propia ansiedad, la ansiedad de tu hijo también puede reducirse, lo que a su vez puede ayudar en el proceso de recuperación. Entre más datos sepas sobre la fiebre, más calmado estarás cuando consueles a tu hijo enfermo.