Si eres padre o madre, es posible que estés ocupado en este momento enseñándole a tu hijo cómo andar en bicicleta, cómo atarse los zapatos o cómo repetir el abecedario. Enseñar a tu hijo cómo lavarse las manos es otra lección para agregar a la lista. El lavado de manos de los niños es importante porque puede ayudar a mantener saludable a tu familia al protegerlos contra la propagación de gérmenes. Explora la guía de Advil Infantil sobre el lavado de manos a continuación para obtener consejos útiles.
Lavado de manos adecuado para niños
- Lávate las manos con agua corriente limpia, ni muy caliente ni muy fría, para que tu hijo se sienta cómodo. Tu hijo debe poder colocar sus manos debajo del grifo con facilidad; considera comprar un taburete si es necesario.
- Siempre usa jabón. Elige un jabón suave que no irrite la piel y trata de encontrar uno con un aroma que le guste a tu hijo, como manzana o sandía. ¡Un jabón espumoso también puede ayudar a que el proceso sea divertido!
- Lávate las manos durante al menos 20 segundos. Puedes usar este tiempo para practicar contando hasta 20 con tu hijo, si todavía está aprendiendo. ¿Ya es un profesional de los números? Trata de cantar una canción divertida como la canción “ABC” o “Twinkle Twinkle Little Star”. Para darle un toque divertido, canta “Si eres feliz y lo sabes, lávate las manos”.
- Crea una espuma generosa para lavar el frente y el dorso de las manos. Recuerda siempre lavarte los dedos y debajo de las uñas también.
- Asegúrate de enjuagar todo el jabón. Los residuos de jabón pueden irritar la piel y hacer que sus manos se resequen si se dejan demasiado tiempo, por lo que es importante enjuagar bien con agua corriente tibia.
- Siempre sécate bien las manos con una toalla limpia cuando hayas terminado. Cuando tu hijo esté aprendiendo y sean sus primeras veces, asegúrate de animarlo y hacerle saber que hizo un buen trabajo. De esa manera, le entusiasmará volver a hacerlo.
Recuerda predicar con el ejemplo; los niños aprenden mejor imitando tus acciones. Lavarse las manos por sí solo puede ser una forma sencilla de ayudar a proteger a tu hijo y a ti mismo de la exposición a los gérmenes. Enséñale a tu hijo a lavarse las manos con frecuencia, tanto en casa como en la escuela, o usa desinfectante para manos si no hay agua y jabón disponibles.
Infórmate sobre lo que puedes hacer para evitar que tu hijo se enferme.